Durante las largas semanas de confinamiento se os llenó la boca de falsas palabras, de gracias vacías a los artistas, de todos los tipos, que seguían haciendo cultura y que seguían entreteniendo a través de una pantalla. Ahora os habéis atrevido a hacer una cancelación masiva e injusta de ciclos de conciertos, habéis condenado a muerte a tantas salas, teatros o auditorios que forman parte de nuestras ciudades, nuestra vida, nuestros conciertos y nuestra cultura. Habéis echado a la calle a tantos profesionales que debería asustaros.
Estamos aquí porque #hacemoseventos, porque queremos demostrar una vez más que ni queremos ni comemos de vuestras gracias, que lo que queremos es que nos dejéis TRABAJAR.
He vivido en primera persona cada una de las medidas de seguridad de los conciertos de este verano. He visto los controles de acceso y salida estudiados al milímetro para que nada pudiera salir mal. He compartido conciertos con médicos y enfermeras que han asegurado que era imposible un solo contagio en estos eventos con estas medidas. He tenido a mis espaldas a las fuerzas de seguridad vigilando al minuto las mascarillas bien puestas, la distancia entre mesas y las labores de desinfección. He olido desde mi mascarilla la lejía, he hecho cata de geles hidroalcohólicos y me he fijado en los números que marcaba mi termómetro. Me he emocionado con el minuto de silencio antes de empezar y he bailado con los pies desde mi silla.
Pero también he visto cómo en las terrazas no hay más sillas libres y todas las mascarillas están sobre la mesa, cómo muchos restaurantes siguen ofreciendo cenas en salones llenos, sin aforo reducido y sin ventilación. Veo en imágenes los trenes llenos con su negocio de tener que comprar dos asientos si quieres mantener distancia con el desconocido que te acompaña en el vagón. Veo los metros de las grandes ciudades, los aviones y las plazas de toros.
Y veo el cielo gris. Porque los números no salen y, a pesar de todo, esta cultura estaba intentando remontar, esforzándose como nunca, como siempre. Esta cultura estaba intentando girar por cada rincón del país con un público responsable y comprometido.
Pero una vez más habéis cortado las alas a todos los artistas y profesionales dedicados a algo tan esencial como debería ser la cultura. Habéis echado a la calle a técnicos de luces, de sonido, managers, músicos, fotógrafos, estilistas, conductores y a todos los que se dedican en cuerpo y alma a la cultura y al directo. Habéis dejado a las más de setecientas mil familias que viven de la cultura en España haciendo malabares en casa para llegar a fin de mes y dejándose la piel para poder trabajar.
Y sí, el cielo sigue gris: las guitarras no suenan, las gargantas lloran, las butacas están vacías y el telón no se abre. Pero también hoy este sector está unido, también hoy este sector ha dado el primer paso hacia algo grande y sí, también hoy estoy orgullosa de la manifestación del 17S con todas las medidas puestas a raja tabla y una organización impecable, como lo era cada espectáculo. Porque nosotros queremos seguir bailando con los pies, queremos seguir llorando detrás de la mascarilla y queremos trabajar. Porque no es solo un baile, no es solo una foto, no es solo ocio. Porque la cultura no es segura, ES EJEMPLAR.
La cultura no se muere, la están matando.

Como siempre, cariño, comentarios ejemplares como todo en tu vida diaria sigue así, no cambies nunca .TE QUEREMOS
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